La escasez de semilla para la siembra, trampa para imponer maíz transgénico
El diputado perredista Víctor Quintana denuncia que los comercializadores norteamericanos de semilla han creado una escasez artificial de semilla de maíz en Chihuahua para poder introducir al estado maíz genéticamente modificado.
Ante la llegada de la temporada de siembras de maíz de riego varios grupos de productores, sobre todo menonitas, se han dirigido al diputado Quintana para señalarle que los importadores locales de semillas hibridas no cuentan con existencias suficientes, por lo que se corre el riesgo de que se queden sin sembrar miles de hectáreas.
Los importadores señalan que no pueden vender semilla porque los exportadores norteamericanos sólo les venden sacos con 80 mil granos, de los cuales tienen un porcentaje que va de 0.5 a 0.7 de semillas genéticamente modificadas. Como varias organizaciones, entre ellas El Barzón, el Frente Democrático Campesino y el Centro Derechos Humanos de las Mujeres han dicho que denunciarán e impedirán toda siembra de maíz transgénico. Los importadores locales afirman que tienen miedo de importar y vender los sacos que exportan desde Estados Unidos y así se da un desabasto de semilla de maíz.
El diputado Quintana denuncia que esta es una trampa urdida por MONSANTO y otras corporaciones del agro negocio. Al vender sólo material contaminado, con esta escasez busca:
1. Culpar a las organizaciones que denuncian las siembras transgénicas del desabasto y eventualmente de la no siembra de miles de hectáreas.
2. O en otro caso, introducir a México la semilla de maíz transgénico para contaminar las siembras y lograr que se declare legal, con una política de hechos consumados. Según los productores con el porcentaje de transgénicos que contienen los sacos, habría 600 plantas transgénicas por hectárea, suficientes para extender la contaminación.
Por todo esto, las organizaciones El Barzón, El FDC , el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres y el diputado Quintana están demandando a los gobiernos federal y estatal:
1. La compra inmediata de semilla de maíz no transgénica en donde ésta se encuentre y su distribución entre los productores.
2. El monitoreo de la semilla que se está sembrando y la destrucción de la que sea genéticamente modificada.
3. La promoción de siembra de semillas hibridas no transgénicas para constituir bancos de semillas para los próximos ciclos agrícolas.
4. La inspección aduanal rigurosa para evitar importaciones de semilla con contenido transgénico.
El diputado perredista Víctor Quintana denuncia que los comercializadores norteamericanos de semilla han creado una escasez artificial de semilla de maíz en Chihuahua para poder introducir al estado maíz genéticamente modificado.
Ante la llegada de la temporada de siembras de maíz de riego varios grupos de productores, sobre todo menonitas, se han dirigido al diputado Quintana para señalarle que los importadores locales de semillas hibridas no cuentan con existencias suficientes, por lo que se corre el riesgo de que se queden sin sembrar miles de hectáreas.
Los importadores señalan que no pueden vender semilla porque los exportadores norteamericanos sólo les venden sacos con 80 mil granos, de los cuales tienen un porcentaje que va de 0.5 a 0.7 de semillas genéticamente modificadas. Como varias organizaciones, entre ellas El Barzón, el Frente Democrático Campesino y el Centro Derechos Humanos de las Mujeres han dicho que denunciarán e impedirán toda siembra de maíz transgénico. Los importadores locales afirman que tienen miedo de importar y vender los sacos que exportan desde Estados Unidos y así se da un desabasto de semilla de maíz.
El diputado Quintana denuncia que esta es una trampa urdida por MONSANTO y otras corporaciones del agro negocio. Al vender sólo material contaminado, con esta escasez busca:
1. Culpar a las organizaciones que denuncian las siembras transgénicas del desabasto y eventualmente de la no siembra de miles de hectáreas.
2. O en otro caso, introducir a México la semilla de maíz transgénico para contaminar las siembras y lograr que se declare legal, con una política de hechos consumados. Según los productores con el porcentaje de transgénicos que contienen los sacos, habría 600 plantas transgénicas por hectárea, suficientes para extender la contaminación.
Por todo esto, las organizaciones El Barzón, El FDC , el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres y el diputado Quintana están demandando a los gobiernos federal y estatal:
1. La compra inmediata de semilla de maíz no transgénica en donde ésta se encuentre y su distribución entre los productores.
2. El monitoreo de la semilla que se está sembrando y la destrucción de la que sea genéticamente modificada.
3. La promoción de siembra de semillas hibridas no transgénicas para constituir bancos de semillas para los próximos ciclos agrícolas.
4. La inspección aduanal rigurosa para evitar importaciones de semilla con contenido transgénico.
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