Hoy nadie duda que la alimentación es una de las cuestiones que más preocupan e interesan al ser humano y que la sociedad demanda una serie de alimentos para cubrir sus necesidades cada vez más variados, sanos y nutritivos, que contribuyan a mejorar su calidad de vida.
Tampoco existe ninguna duda en aceptar que la alimentación de las personas, para ser correcta y equilibrada, necesita del uso de alimentos procedentes tanto del reino vegetal como animal.
Pero la calidad de los alimentos que consume la población se encuentra condicionada por su origen y procedencia, es decir, no todos los alimentos tienen la misma calidad porque no todos ellos proceden de la misma especie ni se obtienen de la misma forma.
Es frecuente ver en la ganadería convencional que la crianza y engorde de animales se produce en condiciones de confinamiento. Este modelo provoca el hacinamiento en pequeños espacios y emplea técnicas sumamente artificiales como la utilización abusiva de anabólicos, antibióticos y sustancias tranquilizantes, hormonas para el engorde, crecimiento y reproducción en ambientes cerrados y con luz artificial.
Debido a todos estos factores se empezó a pensar en otros sistemas de producción de alimentos desde el punto de vista ecológico, con el objetivo de brindar un producto acorde con las exigencias que los consumidores demandan, estos sistemas tienen características y objetivos especiales, tales como:
* 1. Producir alimentos de máxima calidad sanitaria, nutritiva y organoléptica.
* 2. Trabajar de forma integrada en los ecosistemas, manteniendo o aumentando la fertilidad del suelo, aprovechando racionalmente los recursos renovables y cerrando de forma natural el ciclo suelo-planta-animal.
* 3. Proporcionar al ganado las condiciones vitales que le son necesarias para desarrollar todos los aspectos de su comportamiento innato.
* 4. Mantener la diversidad genética del ecosistema, incluso protegiendo y desarrollando los hábitats de las plantas y animales silvestres.
* 5. Evitar todas las formas de contaminación que puedan resultar de las técnicas agropecuarias.
6. Crear un vínculo de unión y apoyo entre el productor y el consumidor, basado en las favorables consecuencias ecológicas y sociales de estos sistemas.
Pues bien, dentro de este contexto cabe preguntarse, ¿Qué es la Ganadería Ecológica?
La respuesta puede quedar enmarcada como sigue:
Son sistemas de producción ganadera que tienen como objetivo principal otorgar u ofrecer productos de origen animal de gran calidad y de un alto nivel sanitario y nutritivo libre de cualquier elemento químico u hormonal respetando los siguientes principios básicos:
* 1.- Conservación del medio y del entorno natural.
* 2.- Máximo respeto hacia el bienestar y la protección de los animales.
* 3.- Evitar el empleo sistemático de sustancias químicas de síntesis en todo el proceso productivo.
Todo ello es posible a través de un cuidadoso manejo de los sistemas de crianza de los animales y de la forma de alimentación de los mismos, ello se refiere tanto al alimento que consumen como al manejo sanitario que reciben.
Las características de la carne que se obtiene a partir de este tipo de crianza es excelente. Desde el punto de vista organoléptico y estructural es similar al obtenido a través de un sistema de crianza convencional.
Lo interesante y lo más importante es que las carnes ecológicas se encuentran libres de cualquier residuo químico u hormonal, por consiguiente estamos ofreciendo un excelente producto a nuestros comensales, donde no sólo brindamos un exquisito manjar sino que también cuidamos de su salud.
Que se necesita para ser un productor orgánico de carnes
Todos los animales tendrán que poseer una suerte de pasaporte, ya sea por medio de tatuaje y/o caravana, deberán acreditar su identidad. De esta manera los datos de su estado sanitario, los tratamientos recibidos, los potreros donde estuvieron, etc. serán volcados a una planilla de registro individual que hará las veces de historia clínica del animal. La confiabilidad de la información es esencial y será controlada tanto por la misma empresa agropecuaria como por las certificadoras actuantes.
El manejo sanitario es un capitulo aparte y requiere de un seguimiento y apoyo por parte de los veterinarios mucho mas asiduo e intensivo que en la explotación convencional. No existen las generalizaciones ni las soluciones de tranqueras adentro.
El plan sanitario no será un "calendario sanitario" sino una planificación hecha a medida y basada en el respeto a la salud animal, humana y ambiental.
Se manejaran los animales con un criterio netamente preventivo que evite siempre que sea posible, los tratamientos innecesarios y masivos para dirigir nuestras acciones estratégica e individualmente.
Los animales orgánicos tratados (con fármacos permitidos) deberán guardar el doble de tiempo de espera exigido oficialmente antes de ser liberados a la venta, aquellos animales que por algún motivo requieran tratamientos no admitidos se venderán a su tiempo como producto convencional.
El control de los parásitos internos se realiza principalmente por medio de un correcto manejo de potreros y mantenimiento de un alto nivel nutricional, y no por la utilización genérica e indiscriminada de antiparasitarios.
En general, por cada parásito presente en un animal, existen 9 en el campo, es por esta razón que el control debe realizarse sobre el animal, y sobre el hábitat.
Se recomienda hacer rotaciones largas (el periodo de descanso estará relacionado con las condiciones de humedad y temperatura de la región y la época del año) a fin de lograr que las categorías más sensibles y con bajo grado de inmunidad pastoreen en terrenos más seguros con baja carga parasitaria.
En cuanto a la suplementación, la normativa indica la posibilidad de hacerla (solo en casos de necesidad) con un 30% de concentrado como máximo, expresado en materia seca sobre el total de la dieta diaria e idealmente con granos orgánicos provenientes del establecimiento. En aquellos campos con deficiencias minerales crónicas puede agregarse el mineral en déficit oralmente.
Con respecto a la siembra de pasturas requiere una atención especial, ya que al no realizarce controles químicos de malezas o fertilizaciones con productos de alta solubilidad, es necesario realizar ajustes en relación a los sistemas convencionales de implantación.
Finalmente son relevantes los registros y el control.
Control de calidad
La organización de todo el proceso tiene como objetivo lograr que la carne sea un producto perfectamente identificable desde su origen hasta la góndola.
Existen una serie de normas que regulan las condiciones necesarias para obtener la certificación orgánica; que abarcan desde la preparación del campo (que implica tres años de manejo orgánico previo) hasta la presentación del producto en el mercado.
El control de calidad comienza por la aplicación de las Normas de Producción Ecológica de Orígen Animal del IFOAM aprobadas por las respectivas entidades nacionales. El seguimiento está a cargo de las empresas certificadoras.
Todos estos esfuerzos se legitiman ante la necesidad de responder a un mercado consumidor cada día más consciente, que exige saber que es lo que está comiendo y está dispuesto a pagar por ello. Estará en nosotros crear las condiciones necesarias para que la producción de carne con nombre y apellido resulte ecológicamente rentable
Tampoco existe ninguna duda en aceptar que la alimentación de las personas, para ser correcta y equilibrada, necesita del uso de alimentos procedentes tanto del reino vegetal como animal.
Pero la calidad de los alimentos que consume la población se encuentra condicionada por su origen y procedencia, es decir, no todos los alimentos tienen la misma calidad porque no todos ellos proceden de la misma especie ni se obtienen de la misma forma.
Es frecuente ver en la ganadería convencional que la crianza y engorde de animales se produce en condiciones de confinamiento. Este modelo provoca el hacinamiento en pequeños espacios y emplea técnicas sumamente artificiales como la utilización abusiva de anabólicos, antibióticos y sustancias tranquilizantes, hormonas para el engorde, crecimiento y reproducción en ambientes cerrados y con luz artificial.
Debido a todos estos factores se empezó a pensar en otros sistemas de producción de alimentos desde el punto de vista ecológico, con el objetivo de brindar un producto acorde con las exigencias que los consumidores demandan, estos sistemas tienen características y objetivos especiales, tales como:
* 1. Producir alimentos de máxima calidad sanitaria, nutritiva y organoléptica.
* 2. Trabajar de forma integrada en los ecosistemas, manteniendo o aumentando la fertilidad del suelo, aprovechando racionalmente los recursos renovables y cerrando de forma natural el ciclo suelo-planta-animal.
* 3. Proporcionar al ganado las condiciones vitales que le son necesarias para desarrollar todos los aspectos de su comportamiento innato.
* 4. Mantener la diversidad genética del ecosistema, incluso protegiendo y desarrollando los hábitats de las plantas y animales silvestres.
* 5. Evitar todas las formas de contaminación que puedan resultar de las técnicas agropecuarias.
6. Crear un vínculo de unión y apoyo entre el productor y el consumidor, basado en las favorables consecuencias ecológicas y sociales de estos sistemas.
Pues bien, dentro de este contexto cabe preguntarse, ¿Qué es la Ganadería Ecológica?
La respuesta puede quedar enmarcada como sigue:
Son sistemas de producción ganadera que tienen como objetivo principal otorgar u ofrecer productos de origen animal de gran calidad y de un alto nivel sanitario y nutritivo libre de cualquier elemento químico u hormonal respetando los siguientes principios básicos:
* 1.- Conservación del medio y del entorno natural.
* 2.- Máximo respeto hacia el bienestar y la protección de los animales.
* 3.- Evitar el empleo sistemático de sustancias químicas de síntesis en todo el proceso productivo.
Todo ello es posible a través de un cuidadoso manejo de los sistemas de crianza de los animales y de la forma de alimentación de los mismos, ello se refiere tanto al alimento que consumen como al manejo sanitario que reciben.
Las características de la carne que se obtiene a partir de este tipo de crianza es excelente. Desde el punto de vista organoléptico y estructural es similar al obtenido a través de un sistema de crianza convencional.
Lo interesante y lo más importante es que las carnes ecológicas se encuentran libres de cualquier residuo químico u hormonal, por consiguiente estamos ofreciendo un excelente producto a nuestros comensales, donde no sólo brindamos un exquisito manjar sino que también cuidamos de su salud.
Que se necesita para ser un productor orgánico de carnes
Todos los animales tendrán que poseer una suerte de pasaporte, ya sea por medio de tatuaje y/o caravana, deberán acreditar su identidad. De esta manera los datos de su estado sanitario, los tratamientos recibidos, los potreros donde estuvieron, etc. serán volcados a una planilla de registro individual que hará las veces de historia clínica del animal. La confiabilidad de la información es esencial y será controlada tanto por la misma empresa agropecuaria como por las certificadoras actuantes.
El manejo sanitario es un capitulo aparte y requiere de un seguimiento y apoyo por parte de los veterinarios mucho mas asiduo e intensivo que en la explotación convencional. No existen las generalizaciones ni las soluciones de tranqueras adentro.
El plan sanitario no será un "calendario sanitario" sino una planificación hecha a medida y basada en el respeto a la salud animal, humana y ambiental.
Se manejaran los animales con un criterio netamente preventivo que evite siempre que sea posible, los tratamientos innecesarios y masivos para dirigir nuestras acciones estratégica e individualmente.
Los animales orgánicos tratados (con fármacos permitidos) deberán guardar el doble de tiempo de espera exigido oficialmente antes de ser liberados a la venta, aquellos animales que por algún motivo requieran tratamientos no admitidos se venderán a su tiempo como producto convencional.
El control de los parásitos internos se realiza principalmente por medio de un correcto manejo de potreros y mantenimiento de un alto nivel nutricional, y no por la utilización genérica e indiscriminada de antiparasitarios.
En general, por cada parásito presente en un animal, existen 9 en el campo, es por esta razón que el control debe realizarse sobre el animal, y sobre el hábitat.
Se recomienda hacer rotaciones largas (el periodo de descanso estará relacionado con las condiciones de humedad y temperatura de la región y la época del año) a fin de lograr que las categorías más sensibles y con bajo grado de inmunidad pastoreen en terrenos más seguros con baja carga parasitaria.
En cuanto a la suplementación, la normativa indica la posibilidad de hacerla (solo en casos de necesidad) con un 30% de concentrado como máximo, expresado en materia seca sobre el total de la dieta diaria e idealmente con granos orgánicos provenientes del establecimiento. En aquellos campos con deficiencias minerales crónicas puede agregarse el mineral en déficit oralmente.
Con respecto a la siembra de pasturas requiere una atención especial, ya que al no realizarce controles químicos de malezas o fertilizaciones con productos de alta solubilidad, es necesario realizar ajustes en relación a los sistemas convencionales de implantación.
Finalmente son relevantes los registros y el control.
Control de calidad
La organización de todo el proceso tiene como objetivo lograr que la carne sea un producto perfectamente identificable desde su origen hasta la góndola.
Existen una serie de normas que regulan las condiciones necesarias para obtener la certificación orgánica; que abarcan desde la preparación del campo (que implica tres años de manejo orgánico previo) hasta la presentación del producto en el mercado.
El control de calidad comienza por la aplicación de las Normas de Producción Ecológica de Orígen Animal del IFOAM aprobadas por las respectivas entidades nacionales. El seguimiento está a cargo de las empresas certificadoras.
Todos estos esfuerzos se legitiman ante la necesidad de responder a un mercado consumidor cada día más consciente, que exige saber que es lo que está comiendo y está dispuesto a pagar por ello. Estará en nosotros crear las condiciones necesarias para que la producción de carne con nombre y apellido resulte ecológicamente rentable
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