Nestlé se niega a dar garantías de ausencia de transgénicos en sus productos
Mientras Nestlé asegura en su web que su reto es la nutrición, la salud y el bienestar de sus consumidores, su compromiso es la búsqueda constante de la calidad “desde la adquisición de las materias primas hasta la presentación final al consumidor” y su apuesta es la transparencia, prefiere seguir ocultando a Greenpeace su verdadera política de transgénicos.
Ante la reacción de Nestlé tras su aparición en la lista roja de la Guía Roja y Verde de Alimentos Transgénicos, Greenpeace recuerda que la multinacional alimentaria no ha ofrecido garantías de la no utilización de OMG (Organismos Modificados Genéticamente). Nestlé afirmó que no emplea transgénicos en la elaboración de ninguno de sus productos “ya que el consumidor no está a favor de estas materias primas”. Sin embargo, a pesar de los continuados esfuerzos de Greenpeace, no ha entregado a la organización ecologista la documentación que lo prueba.
Mientras Nestlé asegura en su web que su reto es la nutrición, la salud y el bienestar de sus consumidores, su compromiso es la búsqueda constante de la calidad “desde la adquisición de las materias primas hasta la presentación final al consumidor” y su apuesta es la transparencia, prefiere seguir ocultando a Greenpeace su verdadera política de transgénicos.
“Es inaceptable que una empresa que se compromete en su página de internet a facilitar a sus consumidores 'toda la información sobre transgénicos a través de todos los canales disponibles', siga mostrando ese grado de opacidad con una organización internacional que es una de las referencias mundiales en materia de OMG”, ha declarado Juan-Felipe Carrasco, responsable de la campaña de Transgénicos de Greenpeace.
Greenpeace recibe a diario las dudas de muchos consumidores de Nestlé preocupados por la falta de claridad en las respuestas de la empresa a sus preguntas. Nestlé afirma cumplir la legislación y que si utilizaran transgénicos lo harían constar en el etiquetado. Además del reconocimiento implícito del posible uso de transgénicos en un futuro que esto significa, Greenpeace quiere recordar que cumplir la legislación no significa que el ciudadano deje de consumir transgénicos dado que en España no se han desarrollado los mecanismos de trazabilidad a los que obliga la legislación Europea y por ello no es fiable el hecho de que en la etiqueta de un alimento no figuren ingredientes transgénicos. Además, se permite la presencia de hasta 0,9% de transgénicos sin obligación de etiquetado.
Seis países de la UE, entre los cuales se encuentran Francia y Alemania, han prohibido el cultivo de transgénicos basándose en amplios análisis científicos. Cada vez hay más datos sobre los peligros para la salud que suponen los alimentos transgénicos; es el caso de un estudio publicado por el Gobierno de Austria que demuestra que la fertilidad de ratones alimentados con el maíz de Monsanto NK603xMON810 se ve seriamente dañada. Numerosas evidencias describen los impactos reales y potenciales sobre la salud de maíces transgénicos, como el MON863 (que España importa) o el MON810 (que España importa y cultiva) o la patata “Amflora” de BASF, cuya aprobación el Gobierno apoya a pesar del rechazo por parte de la Organización Mundial de la Salud, el Instituto Pasteur o la Agencia Europea del Medicamento.
La inmensa mayoría de los fabricantes ha decido abandonar estos peligrosos ingredientes. Atendiendo a la realidad de los mercados de materias primas, es perfectamente posible para una gran empresa rechazar los transgénicos, como lo siguen haciendo Kraft Foods, Santiveri, Coca Cola, Heineken y tantas otras.
“Nestlé tiene en sus manos convertir una mala noticia en buena. Si quiere seguir siendo 'sinónimo de seguridad y confianza para los consumidores', como afirma en su página web, debe ofrecer a aquellas organizaciones que representan el sentir mayoritario de la sociedad civil y de los consumidores toda la información que acredite que definitivamente abandonan el uso de ingredientes transgénicos”, ha concluido Carrasco.
Fuente: Greenpeace
Mientras Nestlé asegura en su web que su reto es la nutrición, la salud y el bienestar de sus consumidores, su compromiso es la búsqueda constante de la calidad “desde la adquisición de las materias primas hasta la presentación final al consumidor” y su apuesta es la transparencia, prefiere seguir ocultando a Greenpeace su verdadera política de transgénicos.
Ante la reacción de Nestlé tras su aparición en la lista roja de la Guía Roja y Verde de Alimentos Transgénicos, Greenpeace recuerda que la multinacional alimentaria no ha ofrecido garantías de la no utilización de OMG (Organismos Modificados Genéticamente). Nestlé afirmó que no emplea transgénicos en la elaboración de ninguno de sus productos “ya que el consumidor no está a favor de estas materias primas”. Sin embargo, a pesar de los continuados esfuerzos de Greenpeace, no ha entregado a la organización ecologista la documentación que lo prueba.
Mientras Nestlé asegura en su web que su reto es la nutrición, la salud y el bienestar de sus consumidores, su compromiso es la búsqueda constante de la calidad “desde la adquisición de las materias primas hasta la presentación final al consumidor” y su apuesta es la transparencia, prefiere seguir ocultando a Greenpeace su verdadera política de transgénicos.
“Es inaceptable que una empresa que se compromete en su página de internet a facilitar a sus consumidores 'toda la información sobre transgénicos a través de todos los canales disponibles', siga mostrando ese grado de opacidad con una organización internacional que es una de las referencias mundiales en materia de OMG”, ha declarado Juan-Felipe Carrasco, responsable de la campaña de Transgénicos de Greenpeace.
Greenpeace recibe a diario las dudas de muchos consumidores de Nestlé preocupados por la falta de claridad en las respuestas de la empresa a sus preguntas. Nestlé afirma cumplir la legislación y que si utilizaran transgénicos lo harían constar en el etiquetado. Además del reconocimiento implícito del posible uso de transgénicos en un futuro que esto significa, Greenpeace quiere recordar que cumplir la legislación no significa que el ciudadano deje de consumir transgénicos dado que en España no se han desarrollado los mecanismos de trazabilidad a los que obliga la legislación Europea y por ello no es fiable el hecho de que en la etiqueta de un alimento no figuren ingredientes transgénicos. Además, se permite la presencia de hasta 0,9% de transgénicos sin obligación de etiquetado.
Seis países de la UE, entre los cuales se encuentran Francia y Alemania, han prohibido el cultivo de transgénicos basándose en amplios análisis científicos. Cada vez hay más datos sobre los peligros para la salud que suponen los alimentos transgénicos; es el caso de un estudio publicado por el Gobierno de Austria que demuestra que la fertilidad de ratones alimentados con el maíz de Monsanto NK603xMON810 se ve seriamente dañada. Numerosas evidencias describen los impactos reales y potenciales sobre la salud de maíces transgénicos, como el MON863 (que España importa) o el MON810 (que España importa y cultiva) o la patata “Amflora” de BASF, cuya aprobación el Gobierno apoya a pesar del rechazo por parte de la Organización Mundial de la Salud, el Instituto Pasteur o la Agencia Europea del Medicamento.
La inmensa mayoría de los fabricantes ha decido abandonar estos peligrosos ingredientes. Atendiendo a la realidad de los mercados de materias primas, es perfectamente posible para una gran empresa rechazar los transgénicos, como lo siguen haciendo Kraft Foods, Santiveri, Coca Cola, Heineken y tantas otras.
“Nestlé tiene en sus manos convertir una mala noticia en buena. Si quiere seguir siendo 'sinónimo de seguridad y confianza para los consumidores', como afirma en su página web, debe ofrecer a aquellas organizaciones que representan el sentir mayoritario de la sociedad civil y de los consumidores toda la información que acredite que definitivamente abandonan el uso de ingredientes transgénicos”, ha concluido Carrasco.
Fuente: Greenpeace
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