Guerra con productos químicos

A G R O – T Ó X I C O S

Después de las guerras mundiales, los químicos de Alemania y Estados Unidos que concibieron la guerra con productos químicos se quedaron con grandes cantidades de éstos almacenados y una gran capacidad de producción. Al recordar que lo que mata gente también mata insectos, pasaron a ofrecer a la agricultura sus venenos. De entre eloscitamos al DDT y al “agente naranja” y de otros colores que destruyeron decenas de millones de kilómetros cuadrados de bosques y cosechas de los “enemigos”.Así surgieron los insecticidas, acaricidas, nematicidas, fungicidas y otros biocidas que llevados al suelo por la lluvia contribuyen a una destrucción aún mayor de la microvida.
Los organismos mayores del suelo, como las lombrices tal vez el mejor aliado del agricultor, desaparecen completamente. La agricultura que debería ser el principal factor de la salud del hombre, es uno de los principales factores de contaminación.
El negocio de los pesticidas se transformó en uno de los mejores y más fáciles, comparable al de las drogas en la actualidad.
Los agrotóxicos, como merecen ser llamados, aplicados en las plantaciones dejan residuos en los alimentos, por lo que la industria se arroga el concepto de “dosis de ingestión diaria admisible”, para lo que millones de animalitos son torturados a muerte todos los años en sus laboratorios, al someterlos a dosis crecientes de tóxicos. Cuando la mitad de la población muere, se supone que este es el “límite” de letalidad.
El arsénico, plomo, bromuro de metilo y DDT fueron promovidos como limpios
por las mismas empresas que ahora defienden la biotecnología. Son los causantes de más del 70% de muertes en países industrializados. Los que los médicos llaman“enfermedades de la opulencia”: ataques al corazón, apoplejías, diabetes y cáncer y aparecerán miles de trastornos sin remedio.
¿Qué sucede después de años de ingestión de un determinado veneno? ¿Cómo
quedan el hígado, el sistema renal, el sistema inmunológico y otros? Proponer una ingestión diaria admisible de venenos es cinismo, pero tiene sentido para la industria química. Cuando las dosis sobrepasan las “aceptables”, siempre le echan la culpa a la víctima, al agricultor por “mal uso” o elevan los “índices aceptables”. Política muy usada en Europa y Estados Unidos.

Tampoco toman en cuenta los efectos de interacción de unos venenos con otros.
Casi siempre los venenos se potencian mutuamente. Tampoco toman en cuenta los
efectos mutagénicos y cancerígenos. Una sola molécula de substancia cancerígena, un solo fotón de radiación ionizante, un solo virus, pueden desencadenar el cáncer o la mutación. Pero la industria química presenta dosis admisible hasta para la Dioxina, el superveneno, el veneno más absurdo que el hombre haya producido.
La mayoría de los agricultores no tenían ni tienen noción de los peligros de los agrotóxicos. Así, continúan manipulándolos junto con las amas de casa en el caso de los insecticidas, las productoras jamás esclarecen alternativas no tóxicas.

Los médicos también son mantenidos en la ignorancia en cuanto a los aspectos
toxicológicos de sus productos. El médico confunde los síntomas y por esto son comunes los tratamientos inadecuados.

Los ciudadanos debemos tomar conciencia sobre este inmenso escándalo para
hacer presión sobre los administradores de la cosa pública y cuando sea necesario, apelara la Justicia.

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